En el corazón de San Francisco, el epicentro tecnológico de Estados Unidos, donde la innovación choca con las olas del Pacífico, 'No Contest: Off Tour' se centra en su ecléctica cultura del surf. La zona de la bahía, conocida por la diversidad de su escena surfera, es la protagonista del episodio inaugural de la segunda temporada de cuatro capítulos de la serie.

 

'No Contest: Off Tour' reflexiona sobre cómo el boom tecnológico transformó la escena local del surf

Ian Walsh, un destacado surfista de olas grandes, e Izzy Gómez, cinco veces campeona del mundo de SUP y una destacada surfista de olas grandes, se unieron a la leyenda del surf y Pipeline Master Jamie O'Brien, para cabalgar las olas y profundizar en la profunda influencia de Internet y el boom tecnológico en la escena local del surf.

 

 

La narración comienza estableciendo el contexto histórico. San Francisco, una ciudad sinónimo de cambio y adaptabilidad, ha evolucionado desde los días de la Fiebre del Oro hasta el actual boom tecnológico. Esta rica historia sustenta la cultura del surf de la ciudad, reflejo de su resistencia y dinamismo.

 

 

A continuación, el foco de atención se desplaza a lugares emblemáticos del surf local, como Fort Point, una joya oculta dentro de los diversos paisajes del Área de la Bahía. Estos lugares sirven de telón de fondo para las historias de surfistas que han sido testigos de la transformación de la ciudad, incluidos los efectos de la influencia de Silicon Valley en la clase trabajadora.

 


Aventurándose en la singular cultura del surf que ha evolucionado desde la década de 1960, el episodio explora una narrativa alimentada no por la industria o los concursos, sino por un ethos de clase trabajadora. Matty López, sanfranciscano de tercera generación, resume el encanto agreste de la ciudad: "Hay niebla, hace frío. No es acogedora. San Francisco no es para los débiles de corazón".

 


Este sentimiento resuena a través de las historias de los lugareños que capearon las tormentas del cambio, presenciando la afluencia de dinero de Silicon Valley y los consiguientes desafíos que trajo a la clase trabajadora.

 


El episodio también se adentra en los viajes personales de los surfistas que se adaptan a este mundo impulsado por la tecnología. A medida que el boom tecnológico remodelaba San Francisco, surfistas como Mark Valenta encontraron un equilibrio distintivo entre el viejo espíritu obrero y la era tecnológica moderna. Las principales empresas tecnológicas, como Google, Meta, Uber y Airbnb, cuentan ahora con una saludable población de surfistas entre sus filas, difuminando las líneas entre los mundos contrastados de la ciudad.

 


Valenta arroja luz sobre esta intrigante armonía: "Creo que el surf aumenta la productividad: cuando intentas resolver algún problema pensando en algo en lo que estás trabajando, a veces no se te ocurre en tu escritorio. Simplemente te metes en el agua y es como un relámpago, como 'boom, ahí está'. Es un gran contraste entre la tecnología moderna y el viejo San Francisco de cuello azul, o mejor dicho, de cuello con capucha".

 

La historia del surfista Jamie O'Brien subraya aún más esta mezcla de surf y tecnología. Conocido por aprovechar los medios digitales para construir su marca, el enfoque de O'Brien refleja el espíritu de innovación y autonomía de San Francisco. Mucho antes del auge de las redes sociales y la prominencia de YouTube, las primeras aventuras de O'Brien en la producción cinematográfica sentaron un precedente para los surfistas que utilizan la tecnología para labrarse su propio camino.

 


Ian Walsh, otro surfista de olas grandes, añadió: "El Jamie que ve el público ya estaba completamente conectado antes de YouTube, antes de las redes sociales, antes del correo electrónico. Ya estaba trabajando con su propia filmadora, autoproduciendo sus propias películas; lo estaba haciendo mucho antes de que eso tuviera siquiera la oportunidad de vivir en Internet, cuando eso salía en el DVD".

Una parte clave de la narración es Surfline, una plataforma que cambió las reglas del juego y que Sean Collins puso en marcha hace más de 30 años. Al principio era una línea telefónica 976 para previsiones de surf, Surfline evolucionó bajo la visión de Collins. En 1999, lanzó la primera cámara de surf en directo, revolucionando la forma en que los surfistas se involucraban con el deporte. Esta innovación permitió a los surfistas de todo el mundo seguir el oleaje y planificar sus sesiones de surf, ejemplificando el profundo impacto de la tecnología en el surf.

 


El surfista Ian Walsh añadió: "Tiene la capacidad de seguir el oleaje de todo el planeta en cualquier momento del año. Y entonces, si tienes el tiempo y los medios para dejarlo todo y llegar allí, puedes conseguir el día de los días". Esta innovación, una de las más significativas en el ámbito de la tecnología del surf, sigue siendo una herramienta cotidiana para los surfistas de todo el mundo, con una extensa red de surf cams en funcionamiento. ampliamente utilizada por los surfistas a diario, con innumerables surf cams en funcionamiento en todo el mundo.

 

 

Para concluir el episodio, la serie aborda las implicaciones culturales más amplias. El boom tecnológico no sólo ha transformado el surf, sino que también ha fomentado una vibrante comunidad creativa. El icono local Mollusk Surf Shop es un ejemplo de ello, ya que aprovechó su presencia digital para pasar de ser un espacio comercial a un centro de conexión de músicos, cineastas y artistas de vanguardia, demostrando así la capacidad de la ciudad para unir e impulsar la cultura a través de medios digitales.

 


Puedes ver el primer episodio de ‘No Contest: Off Tour’ Temporada Dos, 'San Francisco', en Red Bull TV.